Origen y significado de los nombres de los meses del año

¿Te has preguntado alguna vez de dónde provienen los nombres de los meses del año? ¿Sabía que la primera semana de la historia tenía unos 30 días y que con el paso del tiempo se convirtió en lo que hoy conocemos como un mes? Esta herencia que recibimos de los romanos ha ido convirtiendo con el paso de los años, el mismo se fue adaptando según los intereses políticos, sociales, económicos y religiosos de cada época. A continuación, explicamos como surgió el primer calendario y por qué los meses fueron denominados de esta manera.

Origen del calendario

Como explicaba el origen del calendario se remonta a la época de los romanos. Su nombre proviene de la palabra “calendas”. Su proceso de creación exigió la constante observación del Sol, las estrellas y la luna, así como los diferentes fenómenos naturales para poder determinar un parámetro que sirviera como medición del tiempo. De hecho, las primeras cuatro fases lunares son las que determinaron la creación de las semanas con siete días, con uno dedicado al descanso en honor a este satélite natural que era considerado como una diosa.

En los inicios el calendario contaba con un total de 10 meses, pero con el tiempo se alcanzó los doce meses para hacerlo coincidir con el ciclo astronómico, siguiendo las referencias del modelo egipcio para que la suma de los días coincidiera con un total de 365. El nombre de los meses del calendario, al igual que el origen y significado de los nombres —al menos de unos cuantos—, tiene su explicación en muchas de las deidades o figuras religiosas existentes a lo largo del tiempo. Lo explicamos:

Enero

Es el primero de los meses que surgió. En un principio fue denominado “Ianuro” en honor al dios Jano. Esta deidad era la encargada de proteger las puertas y las entradas de los enemigos o extraños. Este mes fue determinado como el primero del año por la necesidad de poder elegir a los cónsules durante la campaña de Hispania.

Febrero

El nombre de este mes surgió en honor del dios Februus (o Plutón). Este era considerado como el dios de la purificación. Se celebraba un ritual en su honor con el cual se pretendía aplacar al dios que se atribuía al origen de las fiebres que tenían lugar debido a que en este mes se llevaban a cabo los trabajos en el campo tras el deshielo.

Marzo

En este caso, su origen se debe en honor al dios de la guerra Marte. Este mes era cuando tenía lugar la planificación de las compañas militares romanas. Las mismas se llevaban a cabo a mediados del siglo II a. C. Y exigían el nombramiento de los cónsules con antelación (en enero) ya que los destinos a los cuales eran enviados estaban lejos de Roma.

Abril

En este caso su origen se debe a un acontecimiento relacionado con los dioses griegos, pues esta palabra procede del griego “afros” y su significado es espuma. Se cree que la palabra está relacionada con Afrodita (Venus en la tradición romana), aludiendo a la espuma de la cual surgió esta deidad. Este mes es el dedicado a la fertilidad, la abundancia y a la primavera.

Mayo

En este caso, el origen del nombre se debe a los ancianos que realizaban la labor de proteger al pueblo con su sabiduría. El origen de esta palabra en latín proviene de “majorum”, que significa “mayores”. Otra explicación es que este nombre proviene de la diosa Maya, esposa del dios Vulcano. Por otro lado, es posible que su origen se relacione con el de Júpiter, deidad suprema. En este caso su denominación se debería a la expresión “Maius Juppiter”, que significa “Júpiter, el más grande”.

Junio

En el caso de que mayo estuviese dedicado a Júpiter, el nombre de junio se debería a su hermana y esposa, Juno. No obstante, si mayo se interpreta como homenaje a los mayores, entonces junio se entendería como un homenaje a los jóvenes, del latín “Junio”.

Julio

En el año 44 a. C. se renombró en honor a Julio César, que nació en dicho mes. En este mes se llevaba a cabo la recolección del trigo.

Agosto

En homenaje al emperador Augusto, pues fue en ese mes cuando derrotó a Marca Antonio y Cleopatra.

Septiembre, octubre, noviembre y diciembre

El nombre de estos meses viene determinado por la posición inicial que tenían en el calendario, antes de que se añadieran dos meses al calendario juliano para adaptarlo con el ciclo astrológico.